Hugo Lémur y los ladrones de sueños
¿He soñado mi vida, o ha sido un sueño?
Soñar es una de las actividades más peligrosas que existen. Sin saberlo, puedes quedar atrapado en el otro lado por el resto de tus días y vivir para siempre en un simulacro. Si fuéramos conscientes de todo lo que arriesgamos al soñar, ni siquiera nos atreveríamos a cerrar los ojos cada noche. Por suerte para nosotros, existe la Onipol, la Policía del Sueño.
Hugo Lémur parece predestinado a soñar desde su infancia. A diferencia de otros, él puede orientarse sin brújula en el mundo onírico y acceder con pasmosa facilidad a rincones que otros solo alcanzan a duras penas. Por eso es el candidato idóneo para la Onipol y va a esforzarse en culminar los cuatro años de estudios y la exigente fase de prácticas que le convertirán en un agente de pleno derecho. Todo irá bien, hasta que una amenaza se interponga en su camino: los ladrones de sueños.
Un laberinto hecho de bibliotecas, circos, hipnotizadores, torres en el desierto, ciudades en la Luna, películas de cine mudo, amores imposibles y amigos irreemplazables rodearán a Hugo Lémur en su último año en la Academia, hasta hacerle dudar de si esto es su vida o solo la imagen de otra cosa, tal vez más auténtica, que le aguarda al despertar.